Gas Radón: Qué es, cómo te afecta y cómo mantenerte a salvo

Aprende a identificar y controlar la exposición al Gas Radón aprovechando las soluciones de monitorización para proteger a tu equipo.

¿Qué es el gas radón?

De origen natural, incoloro, inodoro e insípido, el radón se produce a partir de la descomposición natural del uranio que se encuentra en el suelo, la roca y el agua. Este gas puede acumularse hasta niveles potencialmente nocivos en interiores, lo que supone importantes riesgos para la salud.

Fuentes de radón

La tierra es la principal fuente de radón. El uranio, el torio y el radio se encuentran de forma natural en el suelo y la roca, liberando gradualmente gas radón. Otras fuentes de gas radón son las siguientes:

  • Materiales de construcción: Algunos materiales de construcción, como el granito, contienen trazas de uranio que emiten gas radón.
  • Suministro de agua: El radón puede disolverse en el agua de fuentes subterráneas antes de entrar en los hogares o lugares de trabajo a través de grifos o duchas.
  • Gas natural: El gas natural contiene trazas de radón que pueden liberarse cuando se quema en estufas o chimeneas.
  • Movimiento del aire interior: En algunos casos, los sistemas de aire acondicionado o calefacción pueden arrastrar el gas radón del suelo al interior de los edificios.

¿Por qué debes preocuparte?

Como el radón es invisible, inodoro e insípido, puede acumularse rápidamente en interiores sin ser detectado. Al descomponerse, el radón libera partículas radiactivas que pueden inhalarse. Cuando se inhala el gas radón, puede causar riesgos para la salud como:

  • Cáncer de pulmón: El radón está reconocido como la segunda causa de cáncer de pulmón, después del tabaquismo. La exposición a él causa alrededor de 21.000 muertes por cáncer de pulmón cada año. Los fumadores que también están expuestos al radón tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón que los no fumadores.
  • Ictus isquémico: El ictus isquémico se produce cuando un coágulo de sangre bloquea el flujo de oxígeno y sangre al cerebro. La exposición al radón se ha relacionado con un mayor riesgo de ictus isquémico, sobre todo en personas que nunca han fumado y en mujeres de mediana edad o mayores.
  • Reducción de la función pulmonar: La exposición al gas radón también puede provocar una reducción de la función pulmonar en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y asma. Esto puede empeorar las afecciones respiratorias, dificultando la respiración.

Además, el gas radón no sólo supone un riesgo para las personas, sino también para los lugares de trabajo. Lugares de trabajo como sótanos, túneles, minas y laboratorios son propensos a una mayor exposición al radón. Incluso en entornos de oficina, el radón puede plantear riesgos para la salud si los edificios se encuentran en suelos ricos en uranio.

La exposición en el lugar de trabajo puede provocar lo siguiente

  • Aumento del absentismo: Los trabajadores expuestos a niveles elevados de gas radón pueden necesitar más días por enfermedad debido a problemas de salud.
  • Disminución de Productividad: La exposición al radón y los riesgos para la salud relacionados pueden dificultar que los trabajadores se concentren y realicen sus tareas.
  • Mayor responsabilidad: Los empresarios pueden enfrentarse a reclamaciones de responsabilidad si los empleados enferman debido a la exposición al radón en el lugar de trabajo.

Mejora tu gestión de medio ambiente, salud y seguridad

Cultive un entorno de trabajo seguro y agilice el cumplimiento con nuestras soluciones EHS.

Cómo entra el radón en los lugares de trabajo

Como el radón es un gas, puede moverse fácilmente por el suelo. Esto le permite viajar por espacios diminutos del suelo y la roca.

Debido a los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC), los edificios suelen tener una presión del aire inferior a la del suelo. Esta diferencia de presión actúa como un vacío, atrayendo el radón del suelo al interior del edificio. El gas se abre paso a través de las grietas de los cimientos, los huecos alrededor de las tuberías o cualquier otra abertura que conecte el edificio con el suelo. Para limitar la exposición al gas radón, es crucial adoptar medidas de seguridad adecuadas.

Prevención y control de la exposición al radón

La exposición al radón puede gestionarse eficazmente mediante medidas proactivas de prevención y control. He aquí algunas estrategias clave para prevenir y controlar la exposición al radón:

Normas de seguridad

El primer paso para gestionar la exposición al radón es comprender y cumplir las normas y reglamentos pertinentes. Éstas tienen por objeto minimizar la exposición y proteger a los trabajadores. Algunos de los principales organismos reguladores implicados son

  • Organización Mundial de la Salud (OMS): La OMS clasifica el radón como carcinógeno humano y recomienda un nivel de referencia de 100 Bq/m³ para el radón en interiores. Si esto no es factible debido a las condiciones nacionales, el nivel no debe superar los 300 Bq/m³.
  • Directrices de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EEUU (EPA): La EPA aconseja reducir los niveles de radón en viviendas, escuelas y guarderías cuando las concentraciones alcancen o superen los cuatro picocurios por litro (pCi/L). La Ley de Control de Sustancias Tóxicas (TSCA) faculta a la EPA a regular las sustancias químicas para proteger la salud y el medio ambiente, lo que puede incluir el radón.
  • American National Standards Institute (ANSI) y AARST: Normas de mitigación del gas del suelo o la norma ANSI/AARST SGM-MFLB-2023 establece los requisitos mínimos para reducir el radón y los vapores químicos en edificios multifamiliares, escolares, comerciales y de uso mixto.
  • Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo de EE.UU. (OSHA): La OSHA ha establecido un límite de exposición ocupacional de 100 pCi/L para los lugares de trabajo, y exige que las zonas que superen este nivel se anuncien como peligrosas.
  • Normativa sobre radiaciones ionizantes 2017 (IRR17) – Reino Unido: En el Reino Unido, si el nivel medio anual de radón en un lugar de trabajo supera los 300 Bq/m³, los empresarios deben notificarlo al Ejecutivo de Salud y Seguridad (HSE) y aplicar medidas para limitar la exposición de los empleados. También debe designarse un Asesor en Protección Radiológica (RPA ) para evaluar los riesgos en el lugar de trabajo en función de los niveles reales de radón.

Ventilación

Aumenta la circulación de aire en los espacios cerrados para reducir la concentración de radón. Esto puede hacerse abriendo ventanas, utilizando ventiladores o instalando sistemas de ventilación. Ciertas zonas, como los sótanos, los espacios confinados y los semisótanos, suelen tener una mayor acumulación de radón y se benefician mucho de una mejor ventilación.

Se puede mejorar la ventilación mejorando los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado existentes con ventiladores y otros sistemas. Éstos pueden ayudar a aumentar la circulación y reducir la radiación en el interior. También pueden utilizarse sistemas de ventilación con recuperación de calor (HRV) para mejorar el intercambio de aire y reducir los niveles de radón, manteniendo al mismo tiempo la eficiencia energética.

Técnicas de mitigación

Las técnicas de mitigación del radón se utilizan para reducir los niveles de radón y disminuir el riesgo de exposición. Pueden incluir:

  • Sellado de puntos de entrada: Sella las grietas en suelos, paredes, cimientos y huecos alrededor de tuberías o cables para bloquear el radón. Utiliza masilla o selladores de hormigón para reducir la entrada de radón.
  • Instalar sistemas de mitigación del radón: Para niveles altos de radón, instala sistemas de mitigación del radón, como la despresurización bajo losa, que extraen el radón de debajo del edificio y lo liberan al exterior.
  • Presurización: Ajuste de la presión del aire en el interior del edificio para evitar que se filtre el radón.
  • Despresurización del subsuelo: Consiste en instalar un sistema que extrae el radón del subsuelo del edificio y lo expulsa al exterior, impidiendo que entre en los espacios interiores.

Pruebas periódicas del radón

Realiza pruebas periódicas de detección de radón para controlar los niveles en el lugar de trabajo, especialmente en zonas de alto riesgo como sótanos o regiones propensas al radón. Utiliza servicios de pruebas profesionales o dispositivos certificados para garantizar resultados precisos.

Formación y sensibilización de los empleados

Desarrolla programas de formación para educar a los empleados sobre los riesgos de la exposición al radón y las formas de prevenirla. Infórmales sobre las señales de advertencia, los síntomas y las medidas que deben tomar si sospechan que existen niveles elevados de radón en el lugar de trabajo. Utiliza la tecnología para promover la formación y el aprendizaje móvil a fin de garantizar que los empleados estén debidamente actualizados sobre los posibles cambios en las normas de seguridad del radón en todo momento.

Control de la calidad del aire

Como el gas radón es inodoro e invisible, es crucial controlar regularmente la calidad del aire interior para detectar los niveles de radón. Puede filtrarse sin previo aviso, por lo que es necesario disponer de sistemas fiables de control de la calidad del aire. Los dispositivos de control, como los sensores de calidad del aire, pueden medir y controlar los niveles de radón.

Explora la solución de supervisión de SafetyCulture

Utiliza tecnología avanzada de sensores para supervisar activos, automatizar alertas vitales, poner en marcha acciones e informar de problemas urgentes.

Papel de los sensores de calidad del aire

Los lugares de trabajo que utilizan sensores de calidad del aire pueden vigilar y controlar eficazmente la exposición al radón. Algunos de los usos de los sensores de calidad del aire son:

  • Detección de la exposición al radón en fases tempranas: Los sensores de calidad del aire detectan precozmente el radón midiendo sus niveles en el aire mediante una tecnología sensible que identifica las partículas radiactivas del radón.
  • Controla los niveles de radón de forma coherente en todas las áreas del lugar de trabajo: Los sensores pueden controlar varias zonas simultáneamente, proporcionando datos completos sobre la acumulación de radón.
  • Identificar tendencias o aumentos en los niveles de radón: Los sensores de calidad del aire pueden seguir los cambios en la acumulación de radón y ayudar a identificar posibles causas.
Loida Bauto
Artículo de

Loida Bauto

SafetyCulture Content Contributor
Loida Bauto is a freelance content contributor for SafetyCulture and a self-published book author. She has written various articles about workplace safety, human disabilities, universal design, and sustainability. Her written works reflect her strong passion for quality, workplace incident prevention, and efficiency to empower businesses to improve their operations.