¿Qué son los riesgos ergonómicos?
Los riesgos ergonómicos se refieren a las condiciones físicas en el lugar de trabajo que provocan lesiones y trastornos musculoesqueléticos a lo largo del tiempo. Las tareas repetitivas, las posturas inadecuadas y los puestos de trabajo defectuosos son sólo algunas de las cuestiones que deben evaluarse y abordarse cuidadosamente, defendiendo la seguridad laboral y mejorando la productividad operativa.
El concepto de ergonomía para la seguridad y optimización del trabajo se remonta a las civilizaciones antiguas, ejemplificado por la disposición adecuada de las herramientas quirúrgicas de Hipócrates y la correlación entre los entornos de trabajo y la salud de Ramazzini. La adopción formal del término, derivado de palabras griegas que significan trabajo y ley natural, llegó siglos más tarde. En el siglo XX, los principios del diseño funcional se integraron en las prácticas y normativas de salud y seguridad.
Importancia de evaluar y abordar los riesgos ergonómicos
Hoy en día, las consideraciones ergonómicas son cruciales en todas las industrias. Identificar, evaluar y gestionar esta categoría específica de riesgos laborales es vital por las siguientes razones:
- Mejora la seguridad en el lugar de trabajo – Al reconocer y gestionar proactivamente los riesgos ergonómicos, las organizaciones pueden reducir significativamente el riesgo de trastornos musculoesqueléticos (TME), como el síndrome del túnel carpiano, la tendinitis y el dolor de espalda. Esto se traduce en menores tasas de absentismo y en una reducción de los costes sanitarios que deben sufragar las empresas. Y lo que es más importante, proteger a la plantilla fomenta el bienestar de los empleados a largo plazo.
- Mejora la moral y la productividad de los empleados – Fomentar una cultura empresarial positiva mediante sencillos cambios ergonómicos en el lugar de trabajo aporta éxito económico a la empresa.
Un entorno de trabajo cómodo y seguro eleva la moral de los empleados, permitiéndoles estar más concentrados, comprometidos y ser más productivos. - Garantiza el cumplimiento de la normativa – Los organismos de salud y seguridad en el trabajo de todo el mundo obligan a las organizaciones a minimizar los riesgos causantes de TME en el lugar de trabajo.
Al incorporar la ergonomía al sistema de gestión de la seguridad, las empresas pueden demostrar su compromiso de proteger a los trabajadores de daños a corto y largo plazo.
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Riesgos ergonómicos habituales en el lugar de trabajo
El primer paso para gestionar cualquier peligro es reconocer su existencia. He aquí algunos de los tipos de riesgos ergonómicos más frecuentes en el lugar de trabajo:
Movimiento repetitivo
Realizar los mismos movimientos durante periodos prolongados provoca tensión muscular y fatiga, aumentando la probabilidad de cometer errores y reduciendo la productividad general. He aquí algunos de los ejemplos de riesgos ergonómicos más comunes en la vida real en distintos sectores:
- Escribir en un teclado, a menudo un riesgo de oficina ignorado, provoca síndrome del túnel carpiano, esguinces cervicales y otros TME.
- Trabajo en la cadena de montaje
- Escaneado de artículos en la caja registradora
Postura estática o incómoda
Trabajar en posturas antinaturales o mantener la misma postura durante mucho tiempo provoca dolores crónicos y problemas de salud a largo plazo. Estos son algunos casos a los que hay que prestar atención:
- Manipulación manual inadecuada, como levantar, transportar, empujar, tirar o alcanzar objetos
- Estar encorvado o inclinado durante mucho tiempo (por ejemplo, los dentistas que trabajan sobre sus pacientes).
- Estar de pie en una cadena de montaje durante todo el turno de ocho horas
Fuerza o tensión excesivas
Las tareas que requieren un esfuerzo físico importante aumentan el riesgo de lesiones agudas y provocan problemas crónicos cuando se repiten a lo largo del tiempo.
- Transportar maquinaria pesada o cargas voluminosas
- Levantar o trasladar pacientes en la asistencia sanitaria
- Sujetar las herramientas con demasiada fuerza
Vibración
La exposición a movimientos oscilantes afecta negativamente a los vasos sanguíneos, los nervios y los músculos. El Síndrome de Vibración Mano-Brazo (HAVS) y la Vibración de Todo el Cuerpo (WBV) pueden provocar graves problemas de salud, como entumecimiento muscular, pérdida de fuerza, alteraciones visuales y discapacidad.
- Uso frecuente de martillos neumáticos, amoladoras, motosierras y otros equipos vibratorios
- Manejar vehículos temblorosos, como volquetes, carretillas elevadoras y tractores
- Conducciones de muchas horas por caminos irregulares o carreteras en mal estado
Puesto de trabajo, equipo o herramientas mal diseñados
Construir espacios de trabajo sin tener en cuenta la ingeniería humana obliga a los empleados a trabajar de forma incómoda. He aquí algunos ejemplos:
- Sillas y mesas de oficina no regulables
- Espacios de escritorio inadecuados que pueden desordenarse fácilmente
- Herramientas manuales con mal diseño de agarre
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7 formas de abordar los riesgos ergonómicos para la seguridad
Abordar los riesgos ergonómicos requiere un enfoque integral, que considere rediseñar los entornos de trabajo, modificar las tareas y promover prácticas saludables. He aquí algunas estrategias que beneficiarán a los trabajadores, pertenezcan a la industria que pertenezcan:
1. Mejorar el diseño del puesto de trabajo.
Mejorar la disposición y los componentes del espacio de trabajo para adaptarlos a las necesidades y la postura natural del trabajador es una de las medidas de control de riesgos más eficaces.
- Utiliza mobiliario ajustable (por ejemplo, estaciones de bipedestación) adaptado al cuerpo del trabajador.
- Coloca el equipo adecuadamente (por ejemplo, los monitores de ordenador a la altura de los ojos, las herramientas al alcance de la mano) para evitar tensiones.
- Proporciona el equipamiento adecuado, como sillas de oficina con apoyo lumbar, reposapiés y bandejas para el teclado.
2. Mejorar el entorno de trabajo.
También es vital crear un entorno de trabajo que apoye los principios de la ergonomía, garantizando un espacio profesional, seguro y cómodo para los empleados.
- Mejora la iluminación para reducir la fatiga visual.
- Mantén una temperatura agradable.
- Controla los niveles de ruido para reducir el estrés.
3. Impartir formación sobre ergonomía.
La mejor forma de animar a los empleados a seguir prácticas ergonómicas es impartir diversos programas de formación sobre posturas adecuadas, métodos de trabajo seguros y bienestar físico.
- Realiza demostraciones y talleres in situ sobre el mantenimiento de posturas neutras, la manipulación manual adecuada y la creación de puestos de trabajo ergonómicos.
- Elabora manuales fáciles de entender con ayudas visuales.
- Proporcionar acceso a recursos de salud y bienestar, como instalaciones de fitness in situ y afiliaciones a gimnasios.
4. Utiliza herramientas y equipos ergonómicos.
Invertir en equipos y herramientas de confort aumenta la satisfacción general en el trabajo, incrementa la eficacia y mejora la calidad del trabajo.
- Elige herramientas que se adapten bien a la fisiología y a la tarea del usuario.
- Añade revestimientos antideslizantes y almohadillas acolchadas a las empuñaduras y mangos de las herramientas.
- Utiliza ayudas mecánicas (por ejemplo, elevadores y polipastos) para reducir el levantamiento manual.
5. Modifica las tareas.
Si es posible, ajusta las tareas del trabajador en función de su fisiología y capacidades para reducir el esfuerzo físico y el riesgo de lesiones.
- Automatiza las cargas de trabajo repetitivas o físicamente exigentes.
- Rediseña los procedimientos dividiéndolos en segmentos más pequeños y manejables.
6. Implantar pausas y rotación de puestos de trabajo.
Si modificar la responsabilidad del trabajador no es práctico, proporcionar periodos cortos de descanso permite a los empleados recuperarse de las exigencias físicas de su trabajo.
- Asigna a distintos empleados tareas repetitivas.
- Acorta el tiempo dedicado a actividades laboriosas.
- Ralentiza el ritmo de trabajo para reducir el estrés del cuerpo.
7. Realiza evaluaciones ergonómicas periódicas.
La evaluación coherente de la seguridad es un enfoque proactivo que ayuda a los equipos de salud y seguridad a determinar la eficacia de sus soluciones y a identificar los riesgos emergentes.
- Programa recorridos e inspecciones regulares por la obra.
- Recoge las opiniones de los frontales para conocer sus necesidades y recomendaciones.
- Utiliza listas de comprobación digitales para evaluar objetivamente los puestos de trabajo.