¿Qué es una Evaluación del Impacto Ambiental en la Construcción?
Una evaluación del impacto ambiental (EIA) de la construcción es el proceso de identificación y evaluación de los posibles efectos ambientales de las actividades de construcción. Esta evaluación se realiza para garantizar el cumplimiento de las políticas de seguridad y medio ambiente mediante el desarrollo de estrategias de mitigación adecuadas para reducir o eliminar los efectos negativos de las obras de construcción.
En esencia, una EIA de la construcción es un marco que desempeña un papel crucial para garantizar que los proyectos de construcción se lleven a cabo de forma responsable y sostenible desde el punto de vista medioambiental.
Comprender el impacto ambiental en la construcción
Para llevar a cabo una EIA eficaz y apoyar la gestión de la construcción, es importante comprender cómo repercuten las actividades de construcción en el medio ambiente. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el sector de los edificios y la construcción es responsable del 37% de las emisiones mundiales. Además de las actividades de construcción, la producción y el uso de materiales como el cemento, el acero y el aluminio imponen una importante huella de carbono.
En línea con esto, la industria de la construcción también genera cantidades significativas de contaminación acústica, generación de residuos, consumo de agua y contaminación del suelo. El Foro Económico Mundial cita la contaminación por residuos de agua como un problema importante para las comunidades urbanas, que afecta a la salud y a los medios de vida de distintas personas. Por ello, existe una necesidad acuciante de ser conscientes de cómo las obras de construcción dañan el medio ambiente y de desarrollar estrategias de prevención eficaces para una construcción responsable.
7 Fases de la EIA o impacto ambiental en la construcción
Llevar a cabo una EIA exhaustiva para un proyecto de construcción conlleva sus propios retos. Aquí enumeramos los pasos clave para ayudar a tu organización a poner en marcha una EIA eficaz:
- Determinación del alcance: La fase inicial comienza con la definición del alcance y los objetivos de la evaluación. Suele consistir en poner de relieve las posibles repercusiones medioambientales de un proyecto de construcción e identificar las cuestiones clave.
- Recogida de datos de referencia: El siguiente paso consiste en recopilar datos exhaustivos sobre las condiciones medioambientales actuales que rodean el emplazamiento del proyecto. La información recopilada se utiliza para establecer una línea de base para comparar los impactos potenciales del proyecto.
- Evaluación del impacto: Tras identificar los posibles impactos, se tienen en cuenta las actividades de construcción implicadas utilizando factores cuantitativos y cualitativos para predecir la escala de cómo podría afectar al medio ambiente.
- Mitigación: Una vez identificados los posibles impactos, se proponen medidas paliativas adecuadas para minimizar o eliminar los efectos adversos sobre el medio ambiente. Esto puede incluir la aplicación de un sistema de gestión medioambiental para lograr un desarrollo sostenible o cambiar el diseño de la construcción, los métodos y el uso de determinados materiales.
- Evaluación: Una vez establecidas las medidas de mitigación, los responsables del proyecto pueden seguir evaluando la eficacia de su propuesta consultando a las partes interesadas. Esto puede incluir a los miembros de las comunidades afectadas y a representantes empresariales para recabar opiniones y promover la transparencia.
- Elaboración de informes: Los resultados de una EIA de la construcción se documentan exhaustivamente y se consolidan en un informe. Se supone que incluye los impactos potenciales, las estrategias de mitigación, las consideraciones medioambientales y otra información necesaria para presentarla a las autoridades pertinentes.
- Seguimiento y cumplimiento: Si se establece y aprueba el proyecto, es importante continuar la supervisión medioambiental para garantizar el cumplimiento de las medidas paliativas aprobadas y otros planes de gestión implicados. Los directores de proyecto pueden utilizar una lista de comprobación de la evaluación del impacto ambiental para ayudar a seguir el ritmo de las inspecciones y garantizar el cumplimiento a medida que avanza el proyecto de construcción.
Crea tu propia lista de control de la Evaluación de Impacto Ambiental
Buenas prácticas para evaluaciones eficaces
Además de conocer el proceso de realización de una EIA de la construcción, también es importante conocer las mejores prácticas para llevar a cabo una evaluación eficaz. He aquí algunas de las estrategias que puedes adoptar para maximizar la EIA de un proyecto de construcción:
Consideraciones medioambientales
En el núcleo de una EIA está la consideración del entorno de un proyecto de construcción. Es crucial mantener la coherencia con las consideraciones iniciales realizadas en el proceso de EIA y asegurarse de que se aplican correctamente las estrategias de mitigación.
Además, no deben descuidarse las repercusiones medioambientales en favor de dar prioridad a la realización de un proyecto de construcción, ya que se trata de una práctica irresponsable en materia de construcción.
Participación de las partes interesadas
Implicar a las partes interesadas es una práctica crucial para una EIA eficaz. Es importante implicar a las comunidades locales, los grupos ecologistas, los organismos gubernamentales y otras partes relevantes en la evaluación para garantizar el cumplimiento de la normativa.
Además, la participación de las partes interesadas permite a los gestores de proyectos conocer mejor el impacto medioambiental de las actividades de construcción y desarrollar mejores estrategias de mitigación para apoyar el desarrollo sostenible.
Prácticas de construcción sostenible
Promover prácticas de construcción sostenible es una estrategia clave para una buena EIA. La construcción sostenible hace hincapié en preservar la biodiversidad y minimizar las alteraciones medioambientales, lo que ayuda a mejorar los procesos de construcción a largo plazo. Promover esta práctica de construcción también mejora la resistencia de los proyectos, reduce los costes operativos y apoya el impulso mundial en favor del desarrollo sostenible.
Mejora continua
Fomentar un compromiso continuo para mejorar el comportamiento medioambiental es una buena práctica para las empresas constructoras. Esto significa mejorar periódicamente las estrategias de EIA y controlar los resultados medioambientales durante y después de la construcción, para utilizarlos como punto de referencia en futuros proyectos.
Este enfoque proactivo fomenta la innovación, la eficacia operativa y el cumplimiento de la normativa emergente en un entorno dinámico.